Este jueves 29 de octubre, fue algo movido.
En Guernica (provincia de Buenos Aires, feudo de Kicillof)
fue desalojado con la fuerza policial, el predio que venían ocupando desde hace
meses varias familias con necesidades de vivienda.
Más allá de las posturas que distintas organizaciones que
apoyaban hayan tenido, lo realmente importante, es que hay millones de
argentinos que están sufriendo la falta de vivienda, desocupación, hambre, etc.
La respuesta de un gobierno que se dice peronista no puede
ser la represión.
Algunos tratarán de restarle dramatismo a lo sucedido con
excusas varias: “se venía negociando desde hace meses”, “había intereses
políticos”, “estaban manejados por la ultra izquierda”, “había gente que sacaba
provecho económico”, etc, etc. Puede ser que esté presente algo de eso (como en
tantos otros ámbitos), lo que no cambia la cuestión principal: hay necesidades
de los más humildes, que hasta el momento solo fueron solucionadas en forma muy
superficial y en millones de casos ni siquiera eso.
A todo esto, apareció el “mediático” Berni. No conforme con
salir con su pose de “mano dura” (la que no tuvo cuando la rebelión policial en
la misma provincia) sale a dar notas a los medios, embarrando más la cancha.
Mientras se producía el desalojo, se daba un enfrentamiento
entre militantes y policías. Acá también aparecieron las críticas de los
obsecuentes de siempre. Más que nada de todos esos progres que han caído en
nuestro Movimiento durante los últimos años.
Coincidiendo con el periodismo del sistema, andaban
analizando que todo estaba preparando de antemano: trampas cazabobos, escudos
fabricados, máscaras antigás, etc. Lo que desde el año pasado aplaudían en
Chile (mirando por internet o la TV) como una muestra de “inventiva y
organización popular” acá lo critican. Algo que no asombra en cierto progre
izquierdista vernáculo. Basta recordar sus críticas a las organizaciones
revolucionarias en los años 70 con el mote de “servicios”, “ultras” y demás. O más recientemente, las histeriqueadas de
Silvestre en C5N con los “infiltrados” en las marchas contra Macri.
Los compañeros que nos consideramos militantes populares o
revolucionarios, no debemos caer en la crítica fácil. A pesar de tener
diferencias con muchos sectores políticos, no podemos permitirnos entrar en
acusar de “violentos” a los que enfrentaron la represión. En los tiempos que
corren, es probable que los que hoy señalan con el dedo acusador a ellos, lo
hagan con nosotros.
La preocupación central del verdadero militante, pasa por
organizarse junto al Pueblo y luchar por implementar la Justicia Social.
Trasladándonos unos kilómetros, en la provincia de Entre
Ríos se dio otra situación. Desde hace unos días, veníamos viendo (como si
fuera una novela) la pelea interfamiliar de los Etchevehere por la “herencia”.
Aquí se sumó otro mediático (esta vez de izquierda) el
oportunista Grabois. No conforme con venderse como “allegado del Papa”, defensor
de manteros, viajar a Bolivia, enchufarnos a Ofelia Fernández y demás. Ahora
apareció con una muy reciente organización: “Proyecto Artigas”. Inexistente hasta
hace unos días, apareció casi al mismo tiempo que nos enteramos que Grabois era
abogado de Dolores Etchevehere.
De ahí en más, todo el progresismo oficialista salió a “bancar”
la movida.
Así se mezcló el discurso de la “reforma agraria” de los “artiguistas”
de Grabois, con la lucha feminista de Dolores, víctima del opresor sistema
patriarcal de los dueños de la tierra. Estos poderosos señores feudales de la
provincia, sometían a “violencia de género” a la pobre Dolores. Todo esto
adornado con un pequeño proyecto de “huerta” y consignas revolucionarias
entonadas por los “militantes” llegados en autos a la Estancia en disputa.
Al final del drama, el jueves 29 de octubre, vimos que desde
la Justicia, se dio la orden de desalojo.
Dolores, dijo que no saldría viva, Grabois desde CABA dio
una conferencia grabada donde reconocía la derrota y de paso le pegaba al
gobierno (del que él es parte) y los muchachos revolucionarios, salían en auto
de vuelta a sus pagos.
Podríamos agregar, para completar el panorama que salieron
varios personajes: Ofelia Fernández, Víctor Hugo Morales, etc; criticando a su
propio gobierno por la represión.
Todo esto nos muestra que el armado del oficialismo
(albertismo / kirchnerismo) tiene grandes falencias. Si bien estas ya se vieron
en el periodo 2003 – 2015, ahora se han agrandado. Con el agregado que estamos
en una situación de gran crisis y con menos apoyo hacia el gobierno que en los
principios del gobierno K.
Desde la conducción oficialista se sigue apostando a la
transversalidad, sumando apoyos por todos lados. Siempre privilegiando los
sectores medios progresistas. Aparte, en estos momentos se ve una tendencia a
congraciarse con el Poder económico. Eso explicaría ciertos guiños hacia el “mercado”
como ser el “respeto al propiedad privada”, la “mano dura” con Berni, represión
a las tomas, desalojo de Dolores Etchevehere.
Todo esto nos muestra que es el momento de ponernos a
reorganizar el peronismo y dejarnos de discusiones bizantinas sobre si hay que
apoyar o aprovechar al gobierno.
Muchos compañeros, vienen haciendo planteos de “construir”
desde el oficialismo, desde el 2003. Ya vimos que esa postura no dio grandes
resultados. Salvo que veamos como positivo que algunos personajes o
agrupaciones tengan determinado espacio.
Pero eso, no pasa de tener el manejo de alguna secretaría o
algunos planes.
Lo concreto es que no se traduce en verdadero crecimiento
organizativo: militancia real, inserción social, formación de cuadros y lo más
importante: no vemos beneficios reales para la mayoría del pueblo argentino. Salvo
algunos paliativos.
Como muestra (de lo mal que estamos y el poco peronismo
oficialista) basta ver la “caravana” de autos organizada el 17 de octubre por
el progresismo K, con la movilización de la izquierda el de ayer.
Salta a la vista que la última fue más masiva.
¿Desde cuándo la izquierda mueve más que el peronismo?
Eso sí, los puestos importantes en todos los ámbitos del
Poder Político, se siguen dando a los progresistas de clase media con poca o
nula historia militante. Y con ninguna capacidad política real para ganarse la
simpatía del Pueblo.
La tarea de hoy es organizarse desde las bases y salir a
exigir a toda es partidocracia, que deje su politiquería y se ponga a trabajar
por el Pueblo.
Para eso, debemos salir a las calles y coordinar con todos
los compañeros que no caemos en el discurso derrotista y posibilista del “no se
puede”.
Y no olvidar que como dijo la compañera Evita:
“Donde hay una necesidad hay un derecho”.
Eugenio Luis Germino
Trinchera del Peronismo Revolucionario
Octubre 2020
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