lunes, 29 de junio de 2009

UN DOMINGO DEL PASADO QUE SIN EMBARGO ES NUEVO

“Hoy es un día de Liberación Nacional”

Elisa Carrió

“Gracias por sacarnos el miedo a todos”

Mirta Legrand a los vencedores de Capital y Buenos Aires.

Sigo XXI: En qué quedamos, Unidos o Dominados?

“El año 2000 nos encontrará unidos o dominados”: Casi tod@s l@s argentin@s de mediana edad recordamos esa trajinada frase del Tte. Gral. Perón. Hoy podemos afirmar que el anciano líder no arriesgó demasiado formulando aquella ecuación binaria que aún estamos intentando resolver. Durante la significativa jornada de la víspera, el candidato electo por el Frente Amplio uruguayo José “Pepe” Mujica reconocía a última hora que representa a “los que vienen bien de abajo”, y describía que tal circunstancia se inscribe en un nuevo y auspicioso contexto continental que encuentra a un negro en el gobierno norteamericano, a un obrero metalúrgico en el brasileño, y a un indio en el boliviano, por citar apenas una tríada de ejemplos emblemáticos. Pero - sin ánimo de contrariar su análisis - deberíamos relativizar el alcance de dicha enumeración en lo que respecta al poder de decisión del flamante habitante de la Casa Blanca, ya que sin el tácito aval del complejo industrial-militar yanqui sería inconcebible perpetrar un golpe militar tan anacrónico como el que acaba de sufrir el gobierno democrático del presidente Manuel Zelaya y todo el pueblo hondureño que hoy gana las calles en su repudio.

Más allá del atisbo progresista del eje Solanas-Sabatella, nos atrevemos a afirmar que los vencedores de la elección parcial de ayer representan al patriciado que en el Siglo XIX organizó este país sobre la sangre del indio y del criollo. Seremos capaces quienes no adherimos al credo demoliberal de revertir esa tendencia de cara al Bicentenario de la Patria o deberemos resignarnos a conmemorar semejante fecha soportando aún el yugo de los herederos de Mitre, Sarmiento, y Roca?

Eclipse de la Era K: Acerca de jugar el partido respetando las reglas del enemigo

Enredado en el chiripá de un discurso setentista confrontativo y de carácter meramente gestual, el kirchnerismo se cocina en la salsa de la más auspiciosa carta de intención que tuvo la democracia argentina desde 1983, y - acaso por haber usufructuado el legado de la generación más altruista de la historia reciente - también la más trucha.

Sabido es que Irigoyenismo y Peronismo, los dos grandes movimientos nacionales del Siglo XX, ya han dado lo mejor de sí a la historia de nuestro país, y sólo la mística de sus mejores luchas han de legar a las nuevas construcciones que nuestro pueblo haya de gestar. El 2001 aportó una severa lección a esa dirigencia política que se emperra en avanzar guiándose por el espejo retrovisor de la política. Pero la partidocracia autista, venal y rentista de nuestro país, aún en sus versiones recicladas como progres, no demuestra agallas ni voluntad de jugar fuera del arenero, en la plaza de las grandes mayorías, desencorsetándose como en Bolivia y Venezuela del restringido esquema de “participación cívica” pergeñado por la legislación oligárquica, gestada para ofrecer parodias de consenso incapaces de cuestionar sus intereses. El kirchnerismo ha pisado ese palito, con la misma actitud genuflexa de Bachelet en Chile o Tabaré en Uruguay. No agrega nada nuevo recordar que de un tiempo a esta parte en Argentina no hay electorados cautivos. Por ende, sólo un megalómano está en condiciones de cantar victoria antes de salir al ruedo… Probablemente – y con suerte –, ante la casi total ausencia de propuestas programáticas de campaña, debamos relativizar las consecuencias del voto de ayer concibiéndolo apenas como un castigo a ese oficialismo afecto a atender tan sólo su propia lógica. Lo cierto es que l@s habitantes de la Casa Rosada hoy acusan recibo de siete votos de repudio de cada diez, dos cámaras sin quórum propio a partir de diciembre, un miserable como Cobos, un Isidoro Cañones como Macri, y un estanciero como Reutemann en condiciones de competir en las presidenciales de 2011… y hasta la propia provincia de Santa Cruz escapándoseles de las manos.

Gran Cuñado terminó. Y hoy en las escuelas donde ayer se votaba, las acuciantes asignaturas pendientes de nuestra sociedad convocan a considerar si seguirán las clases o habrá que suspenderlas para seguir gambeteando pestes del medioevo en el Siglo del Conocimiento.

Los Movimientos Sociales y el imperativo de unirse como única alternativa

Abajo y en la periferia de tan obsceno show mediático, a considerable distancia de palacio, el hombre y la mujer trabajadores o desocupados seguirán remando para parar la olla, asediados por cuarentenas y pandemias. En tanto, l@s argentin@s que dimos por herida de muerte a la democracia formal un 19 y 20 de hace casi una década sabemos que habrá que seguir tejiendo la unidad y confluencia de l@s ningunead@s, aguzando la imaginación ante los nuevos desafíos y juntando coraje para las duras jornadas venideras, en que deberemos defender una vez más los derechos que nos quedan y los que aún están pendientes, luchando a nivel nacional y con agenda propia por una democracia social y participativa, acorde a las más avanzadas experiencias de Nuestra América. Es hora de que l@s luchador@s honest@s y de fuste que aún se preservan en la retaguardia popular den la cara y desplacen a estas momias vetustas de la política. Serán necesari@s para refundar el Movimiento Nacional.-

Jorge Falcone

martes, 2 de junio de 2009

Carta a los lectores de Página 12:

Nos dirigimos a ustedes como asamblea de trabajadores de Página 12, que incluye desde cronistas hasta obreros de los talleres, para informarles que llevamos dos meses de negociaciones infructuosas en reclamo de aumentos salariales y mejoras en las condiciones de trabajo.
Conscientes de que las empresas periodísticas no se caracterizan por respetar los derechos laborales ni la libertad sindical, valoramos el hecho de formar parte de Página 12, donde desde siempre elegimos a nuestros delegados y discutimos en asambleas masivas las situaciones que lo ameritan.
Esa unidad y el alto grado de participación no siempre estuvieron dirigidos a la confrontación con la empresa. En algunos momentos de crisis, sufrimos la reducción de nuestros salarios, el cobro en cuotas y en monedas alternativas. Esa situación agudizó el desfasaje histórico entre nuestros sueldos y el de los trabajadores de otras empresas periodísticas.
La prosperidad económica de Página 12, notoria en los últimos años por los ingresos obtenidos en concepto de publicidad oficial, se complementó en distintos momentos del último lustro con un repunte de las ventas del diario, y con una óptima respuesta de los lectores frente a distintos productos (CD, DVD, libros) que acompañan los ejemplares, bonanza que derivó el año pasado en el agregado de ocho páginas a cada edición del diario.
Sin embargo, pese a la prédica constante a favor de la redistribución del ingreso y la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, la prosperidad material nunca se tradujo en mejoras, ni de los salarios de quienes hacemos Página 12, ni de las condiciones laborales en las que desempeñamos nuestra tarea, ni en la contratación de personal, ni en la satisfacción de reclamos de vieja data de nuestra Comisión Interna.

Algunos ejemplos:


--Recategorizaciones para equiparar salarios de compañeros que realizan tareas similares;
--Contrataciones para cubrir puestos que por distintos motivos han quedado vacantes;
--Compra de equipos para los fotógrafos, que trabajan con máquinas de su propiedad, cuando debe ser la empresa quien debe proveer esas herramientas.
--Mejoras salariales y blanqueo de los colaboradores que hacen el diario junto con el personal de planta;
--Fin del uso de los pasantes como mano de obra barata;
--Pago del consumo de celulares, desde siempre a nuestro cargo.
--Renovación de tecnologías obsoletas (sistema DOS), compra de computadoras con acceso a Internet (contamos con una máquina cada seis periodistas, que nos obliga a trabajar con nuestras propias computadoras o, en su defecto, a hacer cola y esperar turno para revisar correos electrónicos o imprimir un archivo), iluminación adecuada y hasta sillas de escritorio decentes;
Habernos acostumbrado a trabajar en condiciones artesanales no nos impide en muchos casos estar orgullosos de ser parte de Página 12. Pero creemos en la importancia de ser consecuentes con las prédicas, queremos hacer un diario mejor y sabemos que para lograrlo es imprescindible poner fin a la precariedad, invertir en la más elemental infraestructura, subsanar inconcebibles desigualdades internas y adecuar los salarios a las necesidades reales de los trabajadores.
Descontamos que el apoyo de nuestros lectores será fundamental para lograrlo.


Asamblea de trabajadores de Página 12

Carta a los lectores de PáginaI12:

Nos dirigimos a ustedes como asamblea de trabajadores de PáginaI12,
que incluye desde cronistas hasta obreros de los talleres, para
informarles que llevamos dos meses de negociaciones infructuosas en
reclamo de aumentos salariales y mejoras en las condiciones de
trabajo.
Conscientes de que las empresas periodísticas no se caracterizan por
respetar los derechos laborales ni la libertad sindical, valoramos el
hecho de formar parte de PáginaI12, donde desde siempre elegimos a
nuestros delegados y discutimos en asambleas masivas las situaciones
que lo ameritan.
Esa unidad y el alto grado de participación no siempre estuvieron
dirigidos a la confrontación con la empresa. En algunos momentos de
crisis, sufrimos la reducción de nuestros salarios, el cobro en cuotas
y en monedas alternativas. Esa situación agudizó el desfasaje
histórico entre nuestros sueldos y el de los trabajadores de otras
empresas periodísticas.
La prosperidad económica de PáginaI12, notoria en los últimos años por
los ingresos obtenidos en concepto de publicidad oficial, se
complementó en distintos momentos del último lustro con un repunte de
las ventas del diario, y con una óptima respuesta de los lectores
frente a distintos productos (CD, DVD, libros) que acompañan los
ejemplares, bonanza que derivó el año pasado en el agregado de ocho
páginas a cada edición del diario.
Sin embargo, pese a la prédica constante a favor de la redistribución
del ingreso y la participación de los trabajadores en las ganancias de
las empresas, la prosperidad material nunca se tradujo en mejoras, ni
de los salarios de quienes hacemos PáginaI12, ni de las condiciones
laborales en las que desempeñamos nuestra tarea, ni en la contratación
de personal, ni en la satisfacción de reclamos de vieja data de
nuestra Comisión Interna. Algunos ejemplos:
--Recategorizaciones para equiparar salarios de compañeros que
realizan tareas similares;
--Contrataciones para cubrir puestos que por distintos motivos han
quedado vacantes;
--Compra de equipos para los fotógrafos, que trabajan con máquinas de
su propiedad, cuando debe ser la empresa quien debe proveer esas
herramientas.
--Mejoras salariales y blanqueo de los colaboradores que hacen el
diario junto con el personal de planta;
--Fin del uso de los pasantes como mano de obra barata;
--Pago del consumo de celulares, desde siempre a nuestro cargo.
--Renovación de tecnologías obsoletas (sistema DOS), compra de
computadoras con acceso a Internet (contamos con una máquina cada seis
periodistas, que nos obliga a trabajar con nuestras propias
computadoras o, en su defecto, a hacer cola y esperar turno para
revisar correos electrónicos o imprimir un archivo), iluminación
adecuada y hasta sillas de escritorio decentes;
Habernos acostumbrado a trabajar en condiciones artesanales no nos
impide en muchos casos estar orgullosos de ser parte de PáginaI12.
Pero creemos en la importancia de ser consecuentes con las prédicas,
queremos hacer un diario mejor y sabemos que para lograrlo es
imprescindible poner fin a la precariedad, invertir en la más
elemental infraestructura, subsanar inconcebibles desigualdades
internas y adecuar los salarios a las necesidades reales de los
trabajadores.
Descontamos que el apoyo de nuestros lectores será fundamental para lograrlo.


Asamblea de trabajadores de Página 12